LA SOBERBIA DEL GOBIERNO

El tener mayoría absoluta en ambas cámaras legislativas en periodos sucesivos ha traído consigo un notorio envilecimiento de las relaciones con los partidos de la oposición. La soberbia del Ejecutivo corre paralela con una actitud displicente y sobradora de los diputados y senadores del Frente Amplio.

Debe ser muy difícil pertenecer a la oposición, saberse representando a la mitad del país y vivir en la constante subestimación.

Leyendo y escuchando las intervenciones de dirigentes blancos y colorados, sus insistentes críticas a diferentes iniciativas del gobierno o, peor aún, sus reiteradas denuncias ante frecuentes hechos de extrema irregularidad o ilicitud, parece advertirse una paulatina pérdida de intensidad y hasta de fuerza y convicción, a mi juicio resultado de esa impotencia tremenda que da el saber inútiles todos los llamados a la cordura, al diálogo constructivo, a la transparencia republicana.

Ejemplos sobran. Todo lo relacionado con el desastre de ANCAP y ALUR, antes de PLUNA y ahora de ASSE, tan solo por citar algunos de los casos más notorios de auténticas y asombrosas bancarrotas administrativas, confirman y ratifican la impunidad indecorosa con que se mueven los gobernantes frenteamplistas. A tal punto que a la oposición solo le ha quedado el camino de recurrir al Poder Judicial. Que trágica ironía!

Un Poder Judicial acorralado presupuestalmente, arrinconado a una subsistencia apenas viable, desconocido en sus necesidades más perentorias e ignorado en sus decisiones jurisdiccionales, tiende. Bajar los brazos y entregarse. Ya no se acatan ni sus sentencias ordenando pagar a los funcionarios judiciales aquello que les corresponde, sentando un precedente sin antecedente en la historia Judicial del Uruguay. No quiero ni pensar las presiones a que se verán sometidos los magistrados. Porque  ciertamente que  desanima  la soberbia e impunidad que se han apoderado de este Poder Ejecutivo, dominado por tupamaros y comunistas, pero acompañado por la "otra" izquierda, la de Astori, y presidida por un inmutable Tabaré Vázquez, el rey sin corona pero con más de un reflejo absolutista y monarquico.

Pero aún nos hemos visto todo. Todavía no tocamos fondo. Todo el episodio del caso Sendic así lo refleja. Marchas y contramarchas, desconocimiento de los dictámenes del propio Tribunal de Conducta Política del Frente Amplio y del tribunal  oficial, la Junta de Transparencia y Ética Pública, la negativa a sancionar su inconducta y la utilización indebida de fondos públicos, el arbitrario e inconstitucional otorgamiento anticipado  de un subsidio, son tan solo oscuras perlas de ignominioso collar de infamias y deslealtades a la confianza de la ciudadaania depositada en sus gobernantes y mandatarios.

Y por si todo esto fuera poco, vuelven la ironía burlona e irrespetuosa y los agravios proferidos desde la presidencia de la. Republica contra el principal representante de la oposicion. Vuelven las "pompitas de jabón". Es probable  que algunos pocos de su entorno lo encontrara gracioso y ocurrente. Pero somos más los que opinamos que está fuera de tiempo y de lugar, y por cometo indigno de su investidura y de la jerarquía política del agraviado. Una jerarquía política que se le ha otorgado por la ciudadanía, a la que a través suyo, de manera arrogante y mañosa, se desconoce e irrespeta. 

Este llevarse todo por delante, este utilizar el poder para intentar perpetuarse en el sin reparar en medios, debe hacer reflexionar y reaccionar a la ciudadanía sana, esa a la que no es posible comprar con cargos públicos o dádivas del Mides. Porque creemos que son enormes las reservas republicanas que aún sobreviven en el corazón de los uruguayos de buena fe. Que se cuentan por centenares de miles. Ya lo verán!

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