JAIME FUENTES, PERIODISTA Y OBISPO

Dr. Eduardo Héguy Terra

El domingo pasado, en una solemne y emotiva ceremonia celebrada en la Catedral de la Inmaculada Concepción y presidida por Rodolfo Wirz, Obispo de Maldonado, rodeado de sus afectos, de sus pares y de cientos de amigos, Jaime Fuentes asumió como Obispo de Minas. Quienes lo conocemos sabemos bien que su designación, que tuvo lugar el 16 de octubre en el Vaticano, ha sido un gran acierto del Papa Benedicto XVI. No solamente porque a monseñor Fuentes le sobran condiciones para gestionar una diócesis que, - erigida por mandato del papa Juan XXIII, el 25 de junio de 1960, -, comprende todo el departamento de Lavalleja, y se extiende hasta Lascano en Rocha y Aiguá en Maldonado, sino porque sus treinta y siete años de trayectoria sacerdotal y el estilo personal de su apostolado permiten, con fundamento, abrigar una gran ilusión y dan garantías mas que suficientes de entrega, don de gentes, capacidad y talento.
Monseñor Jaime Fuentes Martin, de 65 años, doctor en Teología, perteneciente a la Prelatura del Opus Dei, se desempeñó, entre otras responsabilidades, como capellán y docente de la Universidad de Montevideo, así como docente de la Facultad de Teología Mons. Mariano Soler. Es miembro de la Comisión de Doctrina de la Conferencia Episcopal Uruguaya (CEU) y autor de cuatro libros: Católicos en Uruguay (1985), Cuba era una fiesta (1998), Luchar por amor, sobre San José María Escrivá de Balaguer (2001), a quien conoció bien y de quien recibió una gran influencia, y Todo por medio de María (2004).
No muchos saben que el periodismo fue, en el tiempo, su primera vocación. Y que la mantiene intacta. Se graduó en la Universidad de Navarra, una de las mejores de Europa, en 1967. Se ha desempeñado como profesor de Teoría de la Información, corresponsal de la revista mexicana Gente y de la española Palabra, secretario de redacción de Nuestro Tiempo. Columnista de La Mañana por varios años, fue enviado a España para cubrir el primer viaje de Juan Pablo II a ese país. En 1998 es enviado a Cuba por la radio Nuevo Tiempo, dirigida por Jorge Traverso, para cubrir la visita papal a la isla. Ha realizado, además, varias audiciones de radio, la última de las cuales se emitió por radio Oriental.
Jaime Fuentes, de cuya amistad me honro desde hace treinta años, concibe al sacerdocio y al periodismo no como vocaciones separadas sino integradas en la acción de servicio, porque como él ha dicho “el periodismo puede ser una excelente forma de evangelizar”, como lo testimonian Chesterton, Frossard o Martin Descalzo, entre otros. Y, desde luego, considera que debería haber mucho más periodismo específicamente religioso. Siempre, afirma, “respetando las características propias del medio, es decir, la imagen en TV, el entretenimiento en la radio, la información en la prensa, sin caer en la propaganda.” El periodista que informa sobre la vida de la Iglesia,- decía Jaime Fuentes en entrevista que forma parte del libro de Margarita Héguy “Así piensan 30 periodistas uruguayos”, debe tener muy en cuenta que “su actividad mas importante es lo permanente, que no hace ruido, que se desarrolla en el silencio.” La Iglesia, agrega, tiene que estar presente en los medios, en tanto la función social de estos es de primerísima importancia, pues no solo reflejan “lo que pasa”, sino que influyen poderosamente en la creación de estados de opinión sobre todos los aspectos de la vida personal y colectiva, es decir, en “lo que queda”. Esa es la responsabilidad de quienes manejan los medios de comunicación. Y, además, porque en un sistema democrático, “los medios ayudan a que la democracia no sea solo una forma política, sino una forma de vida.” Para monseñor Fuentes “informando con rigor y sin deformar la verdad, respetando el buen nombre de las personas, rectificando cuando se equivocan, dando a conocer la realidad con el afán de enriquecer a sus receptores y mejorar sus vidas, promoviendo la solidaridad, los medios fortalecen la convivencia en democracia.” Precisamente por ello el comunicador debe ser fiel a la propia conciencia bien formada. La verdad, expresa, no se puede manipular sino que exige el mayor de los respetos, así como también lo merece cada persona y su intimidad. Cree, con Kapuscinski, “que en esta profesión no hay lugar para los cínicos”; y coincide con Ben Bradlee, prestigioso director del Washington Post, que para formar bien a un periodista este debe “leer todo Shakespeare”, pues cuanto mas rica sea la cultura personal y el cultivo de la propia alma, “en mejores condiciones estará el comunicador de enriquecer al público al cual se dirige”.
Claro como el agua clara. Así es el pensamiento de este sacerdote ejemplar y excelente periodista, que ha logrado, en plenitud, conciliar sus dos vocaciones y ponerlas, ambas, al servicio del prójimo. La diócesis de Minas, ha ganado un señor Obispo. El santuario del Verdun está en buenas manos. Y, de algún modo, el periodismo uruguayo se ve distinguido con el primer periodista en alcanzar tan alta magistratura en la Iglesia Católica. La carga es pesada. Formulo votos para que don Jaime Fuentes Martin pueda poner en obra sus sueños y vea realizadas sus esperanzas. Minas y él se lo merecen. La Iglesia, que tanto ha sufrido, lo necesita.

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