LA FAMILIA ¿PRIORIDAD POLÍTICA?

Eduardo Heguy Terra


Si todas las madres fueran buenas madres, el mundo cambiaria. Si todos los padres fueran responsables y todos los hermanos actuaran como tales, ayudándose unos a otros, muchos de los problemas que hoy vemos en la sociedad no tendrían la dimensión dramática que han alcanzado. Ellos son pilares de la familia y esta es la base de nuestra sociedad. Hoy la familia, desintegrada, en constante mutación, manipuladas sus raíces hasta casi desnaturalizarla, vive una profunda crisis y enfrenta todo tipo de dificultades e inconvenientes. Sin embargo, dice la Constitución de la Republica que “el Estado velara por su estabilidad moral y material, para la mejor formación de los hijos dentro de la sociedad”. Entonces, cabe preguntarse ¿cuáles son las acciones concretas que ha puesto en práctica el Estado para velar por la estabilidad moral de la familia? ¿Usted conoce medidas aprobadas por el poder legislativo o por el gobierno? ¿Alguna propuesta de la oposición?

Suele suceder que cuando nos referimos a la familia en abstracto, como elemento base de nuestra sociedad, es fácil coincidir. Pero cuando se intenta avanzar de lo meramente declarativo a lo practico, pasar de los dichos a los hechos, cuando intentamos analizar la situación real de las familias aquí y ahora, en nuestra realidad y procuramos conocer y evaluar cual es la política nacional respecto a su estabilidad moral y material, entonces el análisis se dificulta y el consenso se torna complejo.

Estoy convencido que debemos convertir a la familia en tema central de los debates propios de la campaña electoral que se avecina. ¿Que mejor prevención y antídoto contra el alcoholismo y la drogadicción que se ciernen sobre nuestros jóvenes que familias unidas, espiritualmente sólidas y solidarias, fuertes en valores? Hay estudios que revelan la incidencia de la ruptura o la ausencia del vínculo familiar sobre la delincuencia juvenil y hasta infantil. ¿Qué esta haciendo o que se propone hacer el gobierno al respecto? ¿Se atacan las causas o tan solo se actúa sobre las consecuencias? El número de divorcios anuales ya supera el de casamientos. Esto es negativo desde el punto de vista social. La disolución del vínculo del matrimonio es lo opuesto a la “estabilidad” del hogar – escuela de vida, custodio de valores, centro de afectos - que procura el constituyente en el artículo 40 de la Carta Fundamental. Es un hecho terrible y conmovedor, que interpela nuestra conciencia y demanda respuestas, la situación de abandono, cuando no de explotación, que padecen numerosos niños a manos de quienes detentan la patria potestad. Y son muchos los menores que viven, mendigan o trabajan en las calles, a la vista de las autoridades. ¿Qué se esta haciendo, en concreto, para atender y recomponer esas familias enfermas, en dramática descomposición afectiva, espiritual y moral?

La familia tradicional, lo vemos a diario, esta sometida a todo tipo de dificultades, unas de índole económica y otras, las mas graves, referidas a los valores, a los fundamentos mismos de la institución, a los criterios y nociones que deben nutrirla y sustentarla. Entre el materialismo marxista y el consumismo liberal, entre la perdida de espiritualidad y la ausencia de fe, la escala de valores ha ido cambiando en nuestra comunidad. El concepto mismo de familia tradicional, cristiana, se ha visto afectado. Contra esa muchas veces deliberada, premeditada, intencional devaluación de la institución, debemos reaccionar.

Tenemos la sensación que el debate político dedica más tiempo a candidaturas y especulaciones electorales que a los temas familiares. Y, sin embargo, esta es una cuestión de derechos humanos crucial, singularmente importante, en verdad esencial para la sustentabilidad de una sociedad mejor. Por todo ello es que debemos presionar para llevar a la familia al centro del debate electoral. Y renunciar al silencio o a la indiferencia para reclamar pronunciamientos y definiciones a quienes quieran ser candidatos a cualquier cargo electivo. La cuestión familiar es esencial y así debemos lograr que se reconozca. No debe haber lugar para quienes no tengan ideas claras y propuestas concretas. ¿Cuáles son las diferencias entre los partidos en función de sus ideas sobre la familia? Tenemos derecho a saberlo. Y a decidir nuestro voto en función de sus respuestas a las grandes cuestiones; sobre la esencia y no sobre la mera retórica o el marketing político. Actuemos pues decididamente, con determinacion. Con la firme convicción de que si la familia ocupa un lugar preferente en las reflexiones de los actores sociales y políticos y se logra que el poder político pongan en obra su obligación de velar por su “estabilidad moral y material”, entonces si estaremos construyendo un país mejor y un futuro mas auspicioso para todos los uruguayos.

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