EL GRUPO LAGARDERE VENDE SUS REVISTAS

Dr. EDUARDO HEGUY TERRA


Dicen que para que un periódico mantenga interés para el lector que desea estar bien informado no puede contener, en promedio, menos de setenta notas periodísticas en cada edición. Una meta por demás ambiciosa si no imposible de alcanzar en estos tiempos de crisis. También solía decirse, hace ya un  tiempo, que cada página que el lector pasa por alto o deja sin leer en un diario constituye un fracaso, por más que se interese por otras páginas o por el conjunto de la edición. Con ello se pretendía poner el énfasis en la amenidad e interés que debía caracterizar a todas y cada una de las buenas notas periodísticas, para captar la atención de los lectores, de todos los lectores. Menuda tarea. Quizás para muchos, sencillamente inalcanzable. Pero no cabe duda que el medio de prensa que se propusiera cumplir con ambos paradigmas, un mínimo de 70 notas y todas de gran interés, debería contar, como mínimo, con un equipo periodístico muy numeroso y altamente calificado. Lo cual, en los tiempos que corren, de graves penurias económicas, no parece posible.
En efecto, acosados por la reducción de los ingresos publicitarios y la incesante disminución de las ventas de ejemplares, los periódicos deben enfrentar, además, el avance inexorable de los medios digitales y del periodismo informal, la competencia de  medios audiovisuales a los cuales poco importa el compromiso informativo, y la asombrosa y visible  pérdida de interés de las nuevas generaciones en el acontecer político y social, tanto nacional como internacional. Todo ello coloca a los periódicos tradicionales, que luchan por sobrevivir, en evidente inferioridad de condiciones para encarar grandes emprendimientos periodísticos de alta calidad, salvar sus finanzas y competir con éxito. Es triste, duro, pero real. Allí están los testimonios, en nuestro país, de periódicos como El Plata, Mundo Color, El Día, El Bien Público, La Mañana, El Diario, El Debate, Marcha o El Popular, para recordarnos lo difícil de la actividad de la prensa. Más recientemente varios de los más prestigiosos rotativos de la región y del mundo han clausurado o reducido al mínimo sus ediciones en papel, para concentrarse únicamente en sus ediciones digitales, con la consiguiente pérdida de puestos de trabajo.
Ese es el camino de reducción que ha resuelto seguir el importante grupo francés Lagardere. En efecto, la división prensa del grupo presidido por Arnaud Lagardere ha resuelto ceder la mitad de su  portafolio de revistas,  integrado por más de veinte magazines, y suprimir 350 puestos de trabajo. De ello han tomado conocimiento los trabajadores de Lagardere Active el pasado octubre, al ser informados del plan de reorganización que ha resuelto llevar adelante el presidente de ese sector Denis Olivennes. Los asalariados, organizados en el Comité de Empresa, sostienen que por ese plan  serán afectados no menos de 567 empleos, por lo cual están dispuestos a recurrir a la huelga. Se trata, sin duda, de un plan radical. Nada menos que el primer grupo de revistas de prensa de Francia, con negocios de más de 500 millones de euros anuales, pondrá en venta diez de sus magazines. 
Después de que en el 2011 cedió todos los títulos de su propiedad a la empresa norteamericana Hearst, propietaria de Cosmopolitan y Harper´s Bazaar, Lagardere, también propietario de Hachette, se propuso retirarse del sector prensa, sin duda el más expuesto a la disminución de las ventas y a la reducción del mercado publicitario. Es así que el grupo francés resolvió concentrarse en sus marcas más pujantes, de manera de que ellas pudieran desarrollar su propio  proyecto de crecimiento. Las consideradas “marcas faro” del grupo, encarnadas por Paris Match, Elle, Le Journal du Dimanche,Tele 7 Jours o Ici Paris, se tiene la intención de que permanezcan, junto a otras actividades del gigante multimedia francés, tales como la radio Europa 1, o la televisión Gulli, o la producción audiovisual. Se dice que las revistas que serán cedidas solo representan un 10% del total de publicaciones del grupo.
Pero no todo es negativo para el sector prensa. Después de culminado ese proceso de cesiones y reducciones, que puede llevar hasta seis meses, el sector de revistas será reorganizado en cinco áreas: el sector femenino, actualidades, gran público, entretenimientos y familia. Cada uno de esos sectores tendrá un director con poder editorial, de marketing, comercial y tecnológico, en tanto el grupo conserva un mando publicitario centralizado y único. Es así como Lagardere Active espera recuperar el oxígeno que le permita concentrar todos sus esfuerzos en el desarrollo de los títulos que se considera tienen un gran futuro.

Es interesante seguir con atención como continúa esta historia de la reestructura del poderoso grupo Lagardere. No faltan quienes atribuyen las actuales dificultades empresariales, además de las razones estrictamente periodísticas ya mencionadas, a malas decisiones del propio Arnaud Lagardere, como la de haber comprado acciones a precios demasiado elevados, con las consiguientes pérdidas una vez normalizadas las cotizaciones. En definitiva, un caso más en el que, quiéralo o no, la prensa también  es noticia.

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