BALOTAJE Y MUCHO MÁS

Dr. Eduardo Héguy Terra

Cualquiera sea el resultado de la votación del 26 de octubre, el Partido Colorado estará presente en la segunda vuelta electoral o balotaje, que tendrá lugar en noviembre. 
En efecto, la histórica colectividad política democrática fundada por Fructuoso Rivera, primer presidente de la república, afirmada en la gesta de la Defensa de Montevideo, renovada por los ideales de justicia social de José Batlle y Ordoñez y organizada sobre las base del estricto respeto a todas las tendencias que coexisten en su seno, tendrá una gravitación decisiva en la definición del balotaje a favor de los partidos fundacionales, cualquiera sea el candidato, – Luis Lacalle Pou o Pedro Bordaberry -,  que los represente en esa instancia histórica. 
Esto es lo fundamental, lo que no podemos perder de vista, bajo cualquier circunstancia. Esta, y no otra, es la esencia conceptual y estratégica de las elecciones que tenemos por delante. No puede haber errores ni distracciones, mucho menos miopías o mezquindades. La patria está en juego. Más precisamente, los valores que hicieron a la patria ser lo que es, están en juego.
Y si esto es así, como creemos que lo es, existe en primer lugar una evidente obligación de no hacer. Esto es de no agredir, de no provocar, de no chocar entre blancos y colorados. No se puede alterar el clima de concordia y colaboración recíproca que debe prevalecer y no se pueden hipotecar las chances claras que hoy tienen los partidos fundacionales para recuperar el gobierno de la república. Blancos y colorados, colorados y blancos. Hombres de buena fe juntos, en procura de un bien mayor. Así debe ser. Para eso están en la política. Para eso elijen ser servidores públicos.
Pero los principales líderes tienen también una enorme responsabilidad, una  clara obligación de hacer, de construir puentes, con amplio espíritu, para hacer posible ese gran acuerdo entre las dos grandes colectividades fundacionales. Eso es, sin duda, lo que desean y esperan la enorme mayoría de los ciudadanos blancos y colorados. Esos mismos ciudadanos que observaron con ilusión las coincidencias en la concertación de cara a las próximas elecciones municipales de Montevideo; pero con honda preocupación los roces, menores es cierto y prontamente superados, entre sus principales referentes. 
No debe ser fácil establecer los temas fundamentales de un gran acuerdo para el balotaje. Pero con  liderazgo es posible lograrlo, de cara a un futuro que los encuentre gobernando juntos, compartiendo responsabilidades, sobre la base del respeto mutuo, de la tolerancia y de la conciencia de estar frente al gran desafío de ser protagonistas y no meros observadores de la historia. El momento es ahora. Hoy y no mañana, antes que se pierda, entre las sombras del desánimo, la luz de la esperanza.
Pedro Bordaberry y Luis Lacalle Pou, -ambos con capacidad, destacada trayectoria política y amplio respaldo ciudadano-, pueden lograr, persuadiendo, convenciendo y sobre todo liderando, un entendimiento que haría cambiar no solo el resultado de la campaña electoral sino decisivamente, en noviembre, el futuro de la nación. Con grandeza y generosidad. El momento es ahora.
Si como dicen las encuestas el balotaje será entre Lacalle Pou- Larrañaga y Vázquez-Sendic, la participación del Partido Colorado será fundamental. Sin los colorados no habrá éxito. Nada podrá el Partido Nacional sólo. En cambio todo lo podrá en comunión con el partido de Rivera. Ambas colectividades, -entre las cuales es mucho más lo que une que lo que  separa-, se necesitan. Nada logrará tampoco el partido Colorado solo, salvo alejarse del camino que podrá dar respuesta a las esperanzas de sus centenares de miles de votantes. 
La prioridad es evitar el incesante avance hacia el poder pleno de la alianza en la que mandan comunistas y tupamaros. Hay que rechazar el intento de Tabaré Vázquez de dividir a los partidos opositores amagando convocar a wilsonistas y a batllistas. El mira al balotaje y ve el peligro de perder ante la unidad de sus adversarios. Nosotros vemos el peligro de la desunión. Divide y reinarás. Es imperativo asegurar la lealtad de ese 10% que se estima es reticente a votar al candidato del otro partido tradicional en el balotaje. No puede haber deserciones. De ello depende ganar o perder la presidencia de la república. Nada menos.

Sumando esfuerzos y talentos blancos y colorados pueden gobernar juntos. Cada uno en la proporción que le otorgue el voto de sus correligionarios. Para lograrlo no es necesario renunciar a historia y tradiciones. Todo lo contrario. Son legión los blancos y los colorados que entregaron sus vidas en pro de obtener lo mejor para nuestra gente. Lo mejor en libertades, en derechos, en realizaciones y en bienestar. Hoy no es diferente. El pasado compromete. El presente exige. Y el futuro está en nuestras manos. Ese es el privilegio político y la responsabilidad ética de Luis Lacalle Pou y de Pedro Bordaberry y de quienes los acompañan: ser protagonistas de la Historia grande de nuestro querido Uruguay. Sé que estarán a la altura. No estarán solos.

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