El Personaje del Año

Dr. EDUARDO HÉGUY TERRA

La revista Time elige en diciembre el personaje del año. En el 2013 la elección resultó sencilla: la persona más destacada del año fue, sin duda, el papa Francisco. Y así lo proclamó Time con estricta justicia. Nancy Gibbs, editora jefe de la prestigiosa revista norteamericana, al anunciarlo expresó que el nuevo papa, por entonces de 76 años, cambió “el tono, la percepción y el enfoque de una de las instituciones más grandes del mundo.” En los nueve meses de su pontificado, sucediendo al papa Benedicto XVI, el papa Bergoglio se colocó en el preciso centro de las discusiones claves de nuestra era: sobre riqueza y pobreza, ecuanimidad y justicia, transparencia, modernidad, globalización, el papel de la mujer, la naturaleza del casamiento o las tentaciones del poder.”

Comentando las numerosas distinciones internacionales otorgadas a Francisco decíamos que era notable que ellas hubieran recaído en quien predica al mundo valores espirituales, religiosos, morales y no vacila en hablar a favor de la paz y de la justicia, pero también de la santidad, y del Evangelio del amor de Dios para todos, predicando la esperanza. En tal sentido la CNN subrayaba su condición de líder mundial sin ejército ni armas. 

Desde Lampedusa pidió por los inmigrantes, luego lavó los pies de mujeres musulmanas, tuvo elocuentes gestos de fraternidad hacia los judíos, nuestros hermanos mayores y promovió intensamente el diálogo interreligioso y la opción por los pobres. Pero también, el primer papa no europeo en 1.200 años ordenó revisar las finanzas del Vaticano, sancionar severamente la inconducta de algunos sacerdotes y analizar la postura doctrinaria sobre temas polémicos, como la sexualidad, el aborto o la posibilidad de que las mujeres sean sacerdotes, o de que estos puedan casarse y formar una familia. Hoy, todo ello se confirma y ratifica, agregando, en esa misma postura de humildad, amor y caridad, una mirada piadosa e inclusiva hacia los gays o la triste situación de los católicos divorciados y vueltos a casar. “¿Quién soy yo para juzgar?”, ha dicho Francisco, en cálida cercanía con la gente, en un claro mensaje para todo el mundo católico. 

Hoy, un año después, cabe que nos preguntemos quien podría ser el personaje del 2014. Así por ejemplo, el secretario general de la ONU, el coreano Ban Ki-Moon, a pesar de haber recibido el 2 de diciembre pasado el premio de la universidad de  Harvard al Agente Humanitario del año, no llena los requisitos de Time. Otro tanto ocurre con Barak Obama, Angela Merkel o David Cameron. Menos aún Bachar Al Assad o Vladimir Putin. 

En estos días Nancy Gibbs anunciará a través de la cadena NBC que, para una mayoría relativa de los lectores de Time,- el 16% de más de cinco millones de opiniones emitidas en 225 países-,  el personaje del año 2014 es Narendra Modi, primer ministro de la India, país con 1.250 millones de habitantes, quien ganó las elecciones al frente de su partido, el Baharatiya Janata Party, y asumió su cargo este año con la promesa de revivir la economía de su país. Cabe señalar que un 17% de los votos emitidos provino de la India, mientras un 37% de los Estados Unidos y un 12% de Rusia. 

Los otros candidatos que integran el top five de Time del 2014 son, por su orden, en segundo lugar los manifestantes que protestan en Ferguson (EEUU) por el asesinato de un joven negro desarmado a manos de la policía; en tercer lugar Joshua Wong, el joven cristiano de 15 años, hoy de 18, quien  líderó las protestas en Hong Kong, primero por temas de educación y este año por temas electorales; le sigue el Premio Nobel de la Paz 2014, la paquistaní Malala Yousafzai, estudiante de 17 años, activista por el derecho de las mujeres a estudiar, quien a los 13 años, desde un blog para la BBC, enfrentó a los talibanes, que intentaron silenciarla a balazos en un atentado en el que sufrió graves heridas; y en el quinto lugar de ese selecto grupo los médicos y enfermeras que heroicamente cuidan a los enfermos de ébola.

Si pensamos en nuestra región, nos parece evidente que, por ejemplo, ninguno de los actuales primeros mandatarios – como Rafael Correa, Dilma Rousseff, Nicolás Maduro, Cristina Fernandez, Juan Manuel Santos, Michelle Bachelet, Enrique Peña Nieto, los hermanos Castro o Evo Morales -, podrían aspirar a ese galardón.

En nuestro país hay numerosas personas y fundaciones altamente calificadas, que desarrollan una excelente labor en diferentes campos, como la medicina, la docencia, la investigación o la acción social, y que son merecedoras de reconocimiento y elogio. Tal la reciente designación de Ignacio Munyo, director de investigaciones económicas del IEEM (UM), como Premio Nacional de Economía 2014. Sería muy estimulante otorgar más distinciones como esta, para reafirmar la búsqueda de la excelencia, radicalmente opuesta a lo que Pablo da Silveira ha llamado “elogio de la ignorancia”.   

En definitiva, para nosotros, por la relevancia de su tarea espiritual, así como por la proyección universal de sus enseñanzas, el papa jesuita Francisco, quien el 17 de diciembre cumplirá 78 años, es también ahora uno de los personajes del año 2014. 

Pero claro, sea quien fuere el elegido, muchos no estarán de acuerdo. En valoraciones y preferencias, es sabido, no existen unanimidades. Por suerte.