HACIA NOVIEMBRE

Dr. EDUARDO HÉGUY TERRA


Pasaron las elecciones internas, con sus sorpresas, triunfos y decepciones. Y algún papelón a cargo de empresas encuestadoras. Los doctores Tabaré Vázquez, Pedro Bordaberry y Luis Lacalle Pou, fueron elegidos por la ciudadanía, mediante voto secreto y voluntario, para representar a sus respectivas colectividades políticas. 
En un escenario de escasa convocatoria,- no se llegó a un 40% de votantes- hubo ganadores y perdedores. Algunos previsibles y otros, para algunos, inesperados. No faltó quien se sintió profundamente defraudado por los resultados. Sin embargo, el tiempo es un gentilhombre y ayuda a reparar muchas cosas. Después de todo son dirigentes que pertenecen a un mismo partido y que, por ello, comparten una responsabilidad.
Ahora, ya en pleno campeonato mundial de futbol, la atención estará centrada,  aunque no exclusivamente, en la selección nacional. Se trata de una especie de tregua en la lucha política, la que se reanudará una vez finalizado el campeonato Brasil 2014, o aun antes, si Uruguay no llega a clasificar en los primeros puestos.
Ahora la atención está puesta en los vice presidentes, en los dirigentes o figuras que acompañarán en la fórmula a los candidatos elegidos en las internas. Tema de la mayor importancia, sin duda. En el partido Nacional, el senador Jorge Larrañaga, superada la primera reacción, y acordados los puntos programáticos en común – siempre muchos más que las inevitables divergencias – se espera que acompañará a Luis Lacalle Pou, cuyo liderazgo, maduro e inteligente, junto a una muy buena campaña y a su capacidad para sumar diversos e importantes sectores nacionalistas, hizo posible un notable desempeño electoral. 
En el partido Colorado, Pedro Bordaberry volvió a imponerse por un porcentaje categórico,- un 75% - muy similar al de las elecciones internas de hace cinco años. Su liderazgo esta pues fuera de discusión y a salvo de presiones indebidas. En ese carácter anunció que, primero, se establecerán las bases programáticas y, luego, se decidirá quién será la persona que lo acompañará en la fórmula presidencial, de cara a las elecciones de octubre. Desde ya estimamos auspicioso que la persona elegida sea alguien que, además de sus condiciones, más que representar antiguos y perimidos criterios de cuota, amplíe los horizontes partidarios. Bordaberry ya presentó, el martes pasado, en la sede de Vamos Uruguay en Montevideo, los equipos programáticos y las propuestas de educación para los primeros 100 días de gobierno. 
Mientras tanto, en el conglomerado de izquierdas, el ex presidente Tabaré Vázquez, es la figura unificadora de la multiplicidad de grupos, partidos y sectores que integran el Frente Amplio. Tarea bien difícil, pues ¿puede alguien imaginar algo más diferente que el pensamiento económico de Astori y las ideas que en esa materia exhibe el grupo formado por el MPP, los comunistas y el compromiso frenteamplista de Sendic? El lógico triunfador en las internas, con más de 80% de los votos, tiene varias  cuestiones que resolver. En primer lugar quien será el candidato a vicepresidente, figura siempre importante pero muy especialmente en este caso, si se considera la avanzada edad de Vázquez. Es lógico integrar a la fórmula a Raúl Sendic, pues su apellido emblemático, su formación en Cuba, la experiencia en Ancap, el respaldo de la mayoría de los sectores de izquierda y la legitimación de una buena votación en las internas, lo hacen un buen compañero de fórmula, pese a que será un trago muy amargo para Astori. Pero también, tema no menos importante,  el doctor Vázquez debe prestar cuidadosa atención a esa muy especial forma de elaborar las decisiones en la interna de su fuerza política. Así ocurre con el plenario, en el cual, de manera muy poco democrática, pesan menos los votos de los ciudadanos frenteamplistas expresados en las urnas, que los aparatos políticos minoritarios y las camarillas de dirigentes, como los muy influyentes del partido Comunista. 
El mundial de Brasil, decíamos, es una buena oportunidad, quizás la última, para la reflexión serena. Es la calma que precede a una intensa lucha electoral. Unos comentarios de Luis Eduardo Gonzalez, reconocido politólogo, señalaron que estas elecciones no solo difícilmente otorguen al Frente mayorías parlamentarias, sino que, además, son elecciones “abiertas”, es decir, que puede ganar cualquiera de los tres candidatos.

 Ello permite pensar que la campaña será muy reñida y que, por tanto, traerá enfrentamientos, roces y asperezas. Lamentablemente Tabaré Vázquez se niega a debatir con sus adversarios blanco y colorado; lo cual sería, creemos, muy esclarecedor, no solo en cuanto a sus propuestas de gobierno, sino al estado y las características más destacadas de los candidatos; y además porque se situaría la controversia en el plano de las ideas, como debe ser. Por otra parte, ante la contienda política que se avecina, Luis Lacalle Pou y Pedro Bordaberry, deberán cuidar muy especialmente lo que se diga de acá a octubre, porque, con toda seguridad, los partidos fundacionales, con sus 178 años de historia, estarán, una vez más, juntos en el balotaje de noviembre.

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