LA PRENSA, LA ÉTICA Y EL CICLO VIRTUOSO DE MIRO QUESADA

En nuestra opinión es cada dia más necesario poner sobre la mesa de debates los temas relativos a la comunicación social. Y es muy importante que en ellos participen los propios comunicadores. Existen cuestiones técnicas de indudable interés, pero sobre todo nos importa poner el énfasis en aquellas otras que comprometen principios, valores y responsabilidades morales y éticas de quienes ejercen el periodismo. Son estas ultimas, sin duda, las que mas directa incidencia tienen en la cultura, las conductas y los usos y costumbres, con toda su enorme proyección sobre la vida en sociedad.

De ahí la significación de las referencias a la ética y a los valores periodísticos formuladas recientemente por el presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP.), el peruano Alejandro Miro Quesada, en ocasión de representar a la prestigiosa entidad en un foro internacional. Para Miro la importancia de los valores periodísticos es tal que los considera nada menos que verdaderos cimientos de la teoría de la libertad de prensa, del concepto de autorregulación de los medios y del contralor de los contenidos a cargo de los lectores o audiencias, en el entendido de que estas retiraran su adhesión a quienes se aparten de aquellos.

En consecuencia, conforme a su razonamiento, actuar de acuerdo a ciertos valores no es solo una obligación ética, sino también una cuestión de conveniencia, un requisito del éxito financiero. En tal sentido, sostiene el presidente de la SIP, recordando lo ocurrido en el Perú con los medios que recibían dinero del lugarteniente de Alberto Fujimori, Vladimiro Montesinos, cuando un periódico no tiene una conducta ética, pierde credibilidad, recibe el castigo de sus lectores, disminuye las ventas y también reduce los ingresos por publicidad. Por el contrario, cuando el periódico se ajusta a la ética, se forma un autentico “ciclo virtuoso”, pues a mas ética corresponde mayor credibilidad, lo que atrae mas lectores, aumenta la venta de ejemplares, se obtiene mas publicidad y crece la rentabilidad de la empresa, con lo cual se pueden contratar mejores periodistas, los cuales generan mas credibilidad, y así sucesivamente, dando lugar al ciclo virtuoso a que refiere Miro Quesada.

Estas expresiones del presidente de la SIP son muy positivas en tanto reconocen el fundamental sustento, la hondura moral, la sólida base que el respeto a ciertos valores periodísticos le otorga a la comunicación social. Sin embargo, su planteo adolece de cierta idealista ingenuidad, por cuanto, si bien es cierto que una conducta ética otorga credibilidad, ella por si sola no asegura, ni mucho menos, el éxito periodistico. Entre el ser y el deber ser suele haber un trecho. La realidad, lamentablemente, esta llena de ejemplos en tal sentido. A la conducta ética, necesaria pero no suficiente para lograr buena comunicación, hay que sumarle muchas otras virtudes profesionales y variados recursos antes de poder lograr el ansiado éxito financiero. Y, a la inversa, ¿verdad que son numerosos los malos ejemplos, los emprendimientos facilistas, los del periodismo amarillista, que demuestran que hay lectores y audiencias sin conciencia o sin principios, para todo tipo de programas sin valores y de publicaciones sin ética? Sin embargo, mas allá de estas observaciones criticas, y aunque no faltan quienes prefieren lo contrario, los comentarios del presidente de la SIP vienen a recordarnos que la preocupación ética en relación a los medios de comunicación social existe, esta plenamente vigente y es absolutamente necesaria.

En “Apocalípticos e Integrados”, Umberto Eco, recordando las investigaciones de psicólogos y sociólogos mostrando las fuerzas inmensas que es inevitable enfrentar si no deseamos la destrucción de nuestra cultura, señala, con singular elocuencia y claridad, que “la televisión se nos aparece como algo semejante a la energía nuclear y, como esta, solo puede canalizarse hacia buen fin a base de claras decisiones culturales y morales.” Extendida esta idea a todos los medios de comunicación social, públicos y privados, el respeto a los valores periodísticos, como la verdad, la moral, las buenas costumbres, así como a la cultura y a la ética, es una causa por la que bien vale la pena comprometerse y trabajar, para que, por libre decisión de los propios periodistas, formen parte de la amplia, compleja y desafiante responsabilidad social de los medios de comunicación, habida cuenta de su formidable potencial educativo. Quizás así, un dia no lejano, se cumpla cabal y plenamente el ciclo virtuoso.







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