LA HORA DE LOS MEJORES

Dr. Eduardo Héguy Terra

No queda tiempo para especular. Esta es la hora de los mejores. Tengo la sensación de que todo lo hecho y aprendido por Luis Alberto Lacalle a lo largo de su extensa trayectoria política, no es otra cosa que preparación y antesala del momento histórico que le toca protagonizar en las presentes circunstancias. Todo lo que haga de aquí en más, gesto a gesto, palabra a palabra, decisión a decisión, será crucial para lograr o no el triunfo electoral al que ha sido convocado por la ciudadanía y por el destino.
Es también la hora de la generosidad. La hora de convocar a los mas capaces, vengan de donde vengan. Lacalle debe conformar y dar a conocer, desde ahora, un gran gabinete, un gran equipo para organizar la economía y garantizar la seguridad, recuperar a los menores infractores, erradicar la miseria, combatir la pobreza y transformar los asentamientos marginales, dignificar a los hurgadores, fortalecer a la familia, conducir la enseñanza y las empresas públicas; convocar a los diplomáticos más inteligentes para negociar la integración al mundo, resolver el conflicto con la Argentina y reencauzar el Mercosur. Y así sucesivamente en todas las áreas de la Administración.
Ya no queda tiempo. Es la hora de los mejores. No debe, no puede haber barreras partidarias que limiten la convocatoria a la gente mas honesta, inteligente y respetada en los diferentes campos de la vida nacional. Gente con y sin antecedentes políticos, pero todos con capacidad probada y trayectoria. Esto se trata de cirugía mayor. De vida o muerte.
No es verdad que sean propuestas semejantes, como ahora pretenden hacernos creer analistas y operadores del Frente Amplio. No permitir confusiones. Son, sin duda, dos propuestas de país bien diferentes. Con principios distintos, propuestas y estilos diferentes. Que nadie se engañe. No son lo mismo, ni convocan a lo mismo. Este es el punto de partida, la gran diferencia. El Uruguay que nosotros queremos, el país que ellos desean. Nuestras tradiciones y derechos fundamentales, nuestra idea de la familia, el respeto por las minorías, la defensa de la vida, la propiedad privada, la idea de libertad y un concepto cabal y no manipulado de la justicia. Las grandes causas requieren de grandes acuerdos nacionales. Las ambiciones personales deben quedar de lado. No es momento para neutrales o indiferentes. Es la hora de los mejores y de dar lo mejor. Hombres y mujeres. Solo así se logrará superar este enorme, gigantesco, desafío.
Es también llegado el tiempo de explicarle a la gente, con toda sencillez y claridad, cual es el verdadero pensamiento del candidato frenteamplista y tupamaro José Mujica. No el candidato transformado, maquillado, camuflado por un sastre de moda, ni el de circunstancial talante democrático. El Mujica verdadero. Descubrir el velo. Y para ello nada es mejor que transcribir sus propias ideas y reflexiones, tal y como están plasmadas en el libro Coloquios y en numerosas entrevistas. Esta tarea de esclarecimiento, hecha sin agravios pero con verdad, es absolutamente indispensable, pues aun hay mucha gente distraída, desinformada, ignorante del peligro que se avecina. Para esa tarea de difusión y esclarecimiento, también hay que elegir a los mejores. Y recorrer el país, una vez mas, a lo largo y a lo ancho, pueblo a pueblo, puerta a puerta y rancho a rancho.
Esta contienda electoral no la puede ganar un solo hombre, ni un hombre solo. Se requiere de una multitud de hombres capaces. Sus nombres deben ser puestos ya sobre la mesa y sometidos a la consideración pública. Gente con una excelente trayectoria personal y profesional, que no ha participado, a la que no se ha convocado, a la que hasta ahora no se ve. Esta es la hora de los mejores. O no es. Los candidatos Luis Alberto Lacalle y Jorge Larrañaga, - y también Pedro Bordaberry, quien ha decidido acompañarlos -, deben aparecer siempre claramente rodeados por un numeroso elenco de primeras cabezas en todas las disciplinas, de hombres de singular talento y capacidad, de gente de peso en la sociedad. Esta es la fórmula: el equipo. Esta es la imagen a contraponer al conglomerado liderado por tupamaros y marxistas.
¿Quién no comprende el daño que le hará a la democracia uruguaya la pérdida de los equilibrios institucionales? ¿Es bueno que exista un Poder Ejecutivo sin control parlamentario? ¿No es peligroso un Poder Legislativo sin la natural negociación política con la oposición y sin respeto por las minorías? Esto también debe ser explicado y difundido. Y ello, digámoslo una vez más, debe estar, en primer lugar, a cargo de los mejores. Pero sin olvidar que, en esta instancia como en ninguna otra que la precediera, también nos corresponde a todos los ciudadanos, sin exclusiones, la enorme responsabilidad de participar y hacer conocer nuestras ideas y, de buena fe, tratar de convencer con ellas a todos los hombres de buena voluntad. Esta es la hora de la patria. Y no habrá revancha.

Comentarios

Patricia ha dicho que…
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