CONTRIBUCION A LA VERDAD
Dr. Eduardo
Héguy Terra
El verano y las vacaciones son tiempos
propicios para la lectura. Afortunadamente en el Uruguay tenemos el privilegio
de contar con muy buenos autores nacionales, de interesante y generosa
producción literaria. Desde las obras de la excelente y muchas veces laureada
Mercedes Vigil, hasta los trabajos de investigación periodística de Diego
Fischer, sobre Punta del Este, el trágico duelo entre José Batlle y Ordoñez y
Washington Beltrán, o las vidas de Juana de Ibarbourou y China Zorrilla. Sin
olvidar los recientes aportes a la historia uruguaya de Ana Ribeiro y Lincoln
Maiztegui, los trabajos de investigación
periodística de Leonardo Haberkorn y Luciano Alvarez, ni los libros de Fernando
Amado sobre la masonería, el Opus Dei o la colectividad judía en el Uruguay. Y
para quienes se interesan por nuestro futuro no faltan los trabajos que invitan a reflexionar sobre el pasado, para
mejor entender el presente y así proyectarnos hacia un horizonte venturoso.
Para ello es imprescindible empezar por conocer
la verdad. Profundizar en ella. Y no caer en las versiones de la demagogia
política, ni del tramposo relato hemipléjico que ha distorsionado nuestro
pasado reciente para encubrir responsabilidades o legitimar el camino al poder.
En ese sentido adquiere todo su valor el nuevo aporte del periodista Alfonso
Lessa Carvallido, “El pecado original”, en el que documenta y analiza el papel
de la izquierda en el golpe militar del 9 de febrero de 1973. No es esta la
primera vez que el doctor Alfonso Lessa, de 55 años, actual gerente
periodístico y analista político de Canal 12, con una extensa experiencia en prensa, radio y
televisión, nos presenta el resultado de sus laboriosas investigaciones, tal
como lo testimonian, entre otros, sus libros Estado de Guerra y La Revolución
Imposible, sobre los tupamaros y el rotundo fracaso de la vía armada en el
Uruguay.
Lessa recuerda que en febrero de 1973,
durante la presidencia de Juan Maria Bordaberry, “un sector del Ejército y de
la Fuerza Aérea, luego acompañado por la Armada, se arrogó el derecho de pasar
por encima de las instituciones y de todas las normas vigentes, y decidió
rechazar el nombramiento de un ministro de Defensa Nacional, el general retirado
Antonio Francese.” Los insurrectos
emitieron los comunicados 4 y 7, “que hicieron pensar a sectores muy
importantes de la izquierda y del sindicalismo que el golpe tomaría un rumbo
similar al del general peruano Juan Velasco Alvarado, por lo que “expresaron
abiertamente su apoyo al levantamiento. No les importó que los militares lo
hicieran violando la Constitución y la ley y, además, desde la amenaza.”
En aquel 9 de febrero de 1973, jaqueado
el gobierno electo, los partidos políticos “oscilaron entre la inercia y el
apoyo a los golpistas.” Bordaberry, en la horfandad política, se negó a
renunciar y transó con los militares “dejando por el camino jirones de
democracia.”
Lessa señala, con acierto, que la crisis de febrero constituye un
capítulo decisivo de la historia reciente del país y el preámbulo de la
disolución del Parlamento cuatro meses mas tarde, en junio de 1973. El autor
profundiza en la actitud de la izquierda y de buena parte del sindicalismo,
respaldando a los mismos militares golpistas que luego “harían de esa izquierda
una víctima central de la dictadura.” Este es, precisamente, el episodio que da
título al libro, porque “en muy buena medida febrero fue, en relación con
junio, el pecado original.” El golpe fue en febrero. En junio se completa el
proceso.
Este trabajo ilumina episodios centrales
de aquellos días. Uno, de extraordinario valor, que merece especial
reconocimiento y homenaje, es el protagonizado por el contraalmirante Juan José
Zorrilla, entonces comandante en jefe de la Armada, quien procuró, en soledad y
con los limitados medios a su alcance, resistir el golpe de febrero.
Entrevistado por Lessa, y preguntado sobre los apoyos que había recibido,
Zorrilla declararía “de los políticos, ninguno (…), el Parlamento no suspendió
el receso (de verano), y la Comisión Permanente no sirvió para nada”. La falta
de respaldo de algunos sectores políticos, como el Partido Comunista y el PDC, se
debió a decisiones políticas expresas, pues, nos recuerda el autor, apoyaban el
levantamiento militar. El pueblo, convocado por el presidente constitucional,
también estuvo ausente.
Es muy valioso reflexionar sobre estos
tristes acontecimientos, a partir de los testimonios y los hechos. Así el libro
se refiere a las posiciones de Amílcar Vasconcellos, Juan Pablo Terra y Zelmar Michelini; de Wilson Ferreira Aldunate
y Julio Maria Sanguinetti; del Partido Socialista; de Carlos Quijano y del
general Liber Seregni; de la central sindical; del actual general Pedro
Aguerre; de Ramón Trabal y Gregorio Alvarez; de los tupamaros. Entre muchos
otros elementos reveladores se destaca el testimonio del actual diputado
frenteamplista Víctor Semproni.
Por
todo ello Pecado Original, del periodista Alfonso Lessa, un libro escrito
con rigor profesional y saludable imparcialidad, constituye una lectura imprescindible
para quienes estén sinceramente interesados en conocer la verdad histórica
sobre el golpe de febrero de 1973. Ni más y ni menos.
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